jueves, 29 de mayo de 2014

CUANDO MIS LÁGRIMAS SON RÍOS

La lluvia en Berlín recoge sus gotas en cada esquina  y  con ellas sus cantes, su nueva diagramación, indicaciones, habitantes , observando a medida que recorro mi barrio, fotografío el pasado de 12 primaveras en ésta ciudad en donde nació y se reprodujo la primera computadora del mundo, los primeros preservativos en la fábrica Fromm, aquí dónde nació Marlene Dietrich, por dónde Albert Einstein formó otros científicos en sus universidades o en café de bohemia , sin  perder  su encanto natural de tolerancia y anonimidad, incentivo éste producto de  sus habitantes. El inglés se aflora entre brasileños que llegan e hindúes que imprimen vidas , rostros y los campos de empresas que comienzan de nuevo su afloramiento en ésta ciudad por dónde nazis impartían miedo hasta hace dos años y hoy el coraje es dueño de nuevos clubs o "playas " combiándoles sus propuestas y las iniciativas de centros culturales .
Comerse al mundo en una hora es posible entre una esquina que ofrece desde Thailandia, Líbano hasta Italia, sin olvidar la "Berliner Currywurst", con una cerveza bávara , el transporte urbano tiene tranvías, buses y metros, todo ello de poder adquisitivo  para todos. Sien embargo LAS MARAVILLAS tienen sus lados poco vistos por turistas. Entre ellos la pobreza económica de sus habitantes, el alto desempleo, el costo habitacional y la corrupción administrativa de un aeropuerto que no sabemos cuando se inaugurará, mientras el dinero corre entre culpas de sus responsables.
Los espejos del bus me iluminan los anuncios comerciales que borran la vista de los balcones floridos por plantas, mientras una auténtica berlinesa, observa desde su ventana con una almohada arrecostada el ír y venir de los pasantes que corren al ritmo de la tormenta de un mayo único. Los vendedores de negocios 24 horas inician el camino hacia las mejores ventas entre borrachos, fumadores de marihuana y el vecino que olvidó comprar sus cervezas para ver el partido entre Alemania y Rusia, olvidando que el Amazonas es un lugar lleno de oxigeno y que en Brasil la gente no tiene lugar para dormir, mientras como por ahogo un Shawarma esquisito y veo pasar los cambios ante mis ojos.
El arte callejero aún tiene espacios suficientes para expresar lo que ninguna galería de arte desea exponer, sigo mi ruta en el bus de las mil lenguas, entre nuevos árabes, israelitas e ibéricos que dominará la superficie  de la urbe y que cómo yo ,un día tal vez, sean ciudadanos  a orillas del Río Spree.
Berlín desangra sus esquinas entre fotos con cada motivo e impresión, colectivo o individual, mientras el bus se detiene en la Plaza Rosa Luxemburg, esquina politizada después de 1918 y que daría pie a la Nueva República de Weimar, indicada por metales en las calles, fotos en blanco y negro y las revueltas sociales que con el tiempo dividirían ideológicamente a Berlin y Alemania.
Al llegar a casa, conversando con mi

 amado y amigo, pensamos que somos turistas en nuestra propia ciudad, quizá cuando mis bastones rueden, conozca de nuevo éste lugar que NUNCA TERMINA DE HACERSE ...Berlin.