martes, 13 de octubre de 2015

Trópico de Berlin: A MÍ NO ME VENGAS

Trópico de Berlin: A MÍ NO ME VENGAS

A MÍ NO ME VENGAS

Comienza lo terminado,lejano del verbo con predicado, ausente de lo explícito, lo no dicho.
Volvemos de sueños y estaciones. Personas en recuerdos que se apegan al presente-pasado que construimos.
Con símbolos llegamos pidiendo aíre, enjugando palabras de Babilonia, poco construidas pero con lápiz derogando leyes que luego aprenderemos con Síntesis, enredos y formas que no coagulan con sangre. 
Vamos al encuentro social que limita y agranda deseos por conocer lugares, estaciones y predilecciones que serán reglas. 
Pedimos así cambios, porque no conocemos risas controladas pero demostrando que somos dueños de éste mundo sin haberlo visto, ni siquiera en espejos narcisistas.
Transparencia del PODER, evoca oscuridades limitadas por padres pensadores del ESTAUOS QUO, proyectando cerebros por pedido aunque no tengan respuestas felices de un día.
Vienen frustradas formas humanas, perdidas entre el "océano de arena" que se venderá como ÉXITO, ganando así la batalla contra la mediocridad humana, pasando a encadenarse a la profesionalidad indeseada, siguiendo cadenas interminables, aprendidas,entregándolas como HERENCIA a nuestro descendientes.
"EL MUNDO ES Y SERÁ UNA PORQUERÍA" cantó Gardel, los versos de  Enrique Santos Discépolo , civilizando el mundo con arrogancia, con arrastres autócratas, ignorando lo diverso, añadiendo sazones de miedo.