viernes, 15 de febrero de 2013

CICUTA Y ASOCIADOS

Berlín disfruta de una Berlinale, fiesta del cine internacional y nacional . Sin embargo en ésta fiesta del cine hay otras historias palalelas que el cine no registra. Me asombra saber la cantidad de temas que nos rodean y ver en el cine una falta enorme de compatibilidad social por parte de realizadores y dramaturgos. La moda de los temas a tratar es tambien un criterio dado desde la gerencia del festival. Las vidas de personas que han dejado sus cómodas vida por tener un cemento congelado por cama, las mafias y tráfico de mujeres del Este Europa hacia Alemania, la "integración" de todas las culturas que pueblan éste país, las diferencias y desencuentros entre generaciones ,  la memoria olvidada del pasado cercano de Alemania, el neo-nazismo que actua con ayuda de agentes policiales para matar extranjeros en todo el territorio, la educación del plagio como lectura aceptada, la religiosidad alemana llamada "made in Germany" el pensamiento instántaneo de las nuevas generaciones y la ausencia de elementos que enlacen el futuro poblacional de un país. La legalidad ilegal de los agentes que actuan en la Cancillería Alemana y cobran capitales exorbitantes , la imputualidad de los alemanes y sus programas políticos, las acciones civiles que superan expectativas a las de los partídos políticos. La homofobia callada por la pantalla gigante, dada su ausencia en el festival, no historias de policias "bi- sexuales" que juegan a ser machos y hembras a la vez. 
El festival es sin lugar a dudas una plantilla que acerca a los realizadores con los patrocinadores y éstos con el público, pero la diversidad no está tematizada entre sus prioridades como "producto" final. Así mismo, el público de hoy detalla los festivales como un interior que se cambia por otro, que llama la atención , por una supuesta "intesidad" no comercial, llena de pseudos. intelectuales que ven en una noche de copas las sílabas que nunca podrán escribir en sus vidas, pero que económicamnte les permite exterderse en análisis ya programados y con precio al público incluído. 
La Berlinale tiene sus futuros definido por parámetros culturales políticos definidos, por una parte se muestra un festival que llena  la socialización , contra el restringimiento en  países en los que exibir contenidos críticos en una película implica la muerte,  temas que se tratan en Berlín con soltura diplomática. Es un encuentro pra que las nuevas generaciones de realizadores muestren sus trabajos a través de su lupa, tieniendo la posibilidad de realizar sus proyectos por la vía económica, pero al mismo tiempo el festival se divorcia de la ciudad, convirtiendola en un "centrico" evento , demarcado por teatros y cines , sin exterderlas hacia quienes no tienen interés en el cine o que maejan otros codigos de comunicaión humana. La relación entre los habitantes y el festival es propaganda perídistica de bajo nível y estereotipa lo que cada cual arrastra en su vida cultural.
Sin embargo las posibilidades de su extensión existen, los lugares están y esperan ser usados para fines diferentes a risas congeladas por los 8 grados bajo cero que tenemos o para una portada significatiba en las revista de farándula mundial. Berlín cuenta con infraestructuras suficientes que extenderían al festival más cercano al público, quizá los temas y autores rodean cada año esas expectativas y deseos , pero hasta éste año...  "VIVA BERLINALE" 

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