Para cada generación existen códigos, palabras y a veces sólo silencios, los juegos de los hijos no son que con 15 o 16 años teníamos, hoy ocupan las "REDES SOCIALES" una desocialización, que encontrarse y mantener una conversación sin un aparto electrónico o "solar" al lado es casi imposible, sin embargo existen las buenas recetas de tortas o suculentas comidas que motivan a los párbulos de hoy a " compartir" y añaden con un movimiento de cabeza <@me gusta@ , !Comentando! y participando activamente en dichos encuentros. Tenemos el presente con minuscula y el futuro como pregunta , olvidando que cada momento es comienzo y final con 24 horas definidas por portales y relojes, por ello no hace falta un indicador postumo que nos alarme lo que sentimos, vemos, olemos o simplemnte bebemos, ya que el comienzo puede ser el final.
Ya nos despedimos de una casa , de su pasado impreso de personas y sistemas que mi hijo desconoce en vivencias y puede leer en Internet y sus bibliotecas . Impresiones deshechas del *Socialismo Real$ que ha dejado huella en cada esquina habitada o no de Berlin. Los suculentos baquetes del proletariado elejido no fue compartido por igual y las consecuencias del maltrato mental aborta hoy sus debiles creecias. Los enigmas de espias colombianos en la embajada uruguaya en un Berlin cercado por la Guerra Fria, es hoy escenario de constantes cambios, tanto que no sabemos cuando se detiene el tiempo y cuando avanzan los segundos extraviados en un docuemento oficial y estampado con miedo , produciendo hoy risas de dolor con lagrimas cortadas por el presente vivo.
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