jueves, 17 de enero de 2013

SEMANA DE LA MODA, BERLINALE, SEMANA VERDE ...

Berlín se ahoga entre festivales de música , de moda, de cine, de consumo de alimentos y muchos encuentros paralelos que no se registran en los períodicos de la capital, ya que Berlín, en sí está compuesta de  diferentes barrios- ciudades que proyectan sus eventos todo el año. 
Me rió mucho al leer como los latinos y del sur de Europa reniegan,  se quejan de las temperaturas, la falta de sol externo sin observar cual variada es ésta capital alemana , llena de gente de todo el mundo, de belleza especial, de historia , de sucesos.  Deternerse en tempraturas es para mí no querer ver en que lugar se encuentra uno como individuo, no tener relaciones con la ciudad. Denegar lo que ofrece , vivir en ella. Tengo amiigas que pasan la "depresión de invierno" viviendo de su pasado, perseguidas por los machos latinos que les frustraron sus vidas , pero que en la lejanía endiosan con su pasado y sin  olvido. Otras en cambio cambian , ríen y enciende sus bombillos con una electricidad única. Los homosexuales tenemos en Berlín la suerte de ser como otros ciudadanos, movernos entre fiestas , reuniones y trabajos (los pocos que hay) satisfechos de haberse levantado a oscuras e ir a la cama de igual forma, entonces la falta de melanina y el sol se sustituye con música, esa droga insustituible que nos hace depedientes cada día y nos recuerda que la vida tiene un Arcoiris de multiples sonidos e interpretaciones personales que no termina en 24 horas.
Levantarse con flojera diariamente alarga la decison de ir al baño y cumplir con las tareas de limpieza corporal para luego degustar en apuros la salida de un aromátco café que destinará la partida de otros como yo,  que se enfretan a la vida con diferentes perspectivas y espectativas que serán o no reales. 
Amanecer en Berlín es una tarea interesante para un observador que tiene otros fines en su día. Cuando mucha gente se dirige hacia sus trabajos (algunos mal pagados), los vagones de los trenes y tranvías, de taxis y autobuses trasaladan grupos que regresan de la mejor pachanga 
  de sus vidas, de sus amores rotos, de los mejores momentos de placer sexual o de los besos mejores dados.
Los obreros en cambio ya se han comido su segundo desayuno y se acercan ligeramente a sus primeras cervezas que destinará el final de un día de labor cotidiana. Las "mamis" deambulan entre sus suerte de soledad y sus  bebés que ocupan casi toda la acera en una calle, demostrando que fertiles son ante las otras mujeres perfumadas que eligieron ser diosas y complces de sus propios cuerpos sin arrepentimiento alguno.
Los extrajeros particualmente los turcos, ya han evaluado un día positivo por sus ventas en kioskos , almacenes, y pequeños supermercados que alegran la alternatividad de los habitantes que no alcanzaron a hacer sus compras.
Los africanos me saludan con una picada de ojo o un movientos de cabeza como saludo de hermanos planetarios, los asiáticos me miran con desconfinaza simpática y los alemanes se encierran en sus telefonos, lecturas de novelas de crimen o se disculpan ante una eventual llamada de atención y quizá establecer una comunicación. 
Berlín es un laberinto diario de sorpresas inquietantes, de vivencias que tienen sus propios tiempos y espacios ... decifrar su movimiento es tarea individual en una ciudad anónima y colectivamente sola ...


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