jueves, 26 de diciembre de 2013

domingo, 15 de diciembre de 2013

VIGENCIA MENTAL Y VENTA PROHÍBIDA

Berlín amanece entre neblina de pensamientos y el silencio que nadie rompe, mientras las panaderías que aún sobreviven en lo que fue la capital de la República Democrática Alemana, un mito que sobre vive entre coches para bebés  y madres que aún no definen su entrega total a la maternidad y sus pensamientos se entre mezclan con sus realizaciones profesionales y maridos que frente al televisor ven correr a once hombres contra otros once varones , detrás de una pelota o bola llena de poder económico , mientras los patrocinantes invitan al consumo de bebidas poco deportivas. La ciudad se apresura hacia un final de año asegurando que la nación se mira en su espejo para definir su futuro próximo en una Europa que se define entre protestas, anexiones financieras, imposiciones personalizadas y alejadas de Bruselas.
La tolerancia de Berlín tiene sus raíces históricas, aquí  existió hasta 1989 una línea minada por ideologías que se ahogaron en sus propios ríos personalistas y sus interpretaciones humanas como sucede con todo lo que los humanos catalogamos, clasificamos y definimos de acuerdo a nuestros intereses. Aquí por donde al caminar se encuentran los pasantes con placas  y nombres de personas que se esfumaron entre cámaras de gas , aquí por donde todos los días parece otro día, dependiendo de la ubicación, la ciudad es a veces una aldea global con caprichos de sus habitantes que solemos transformarla, viendo cuanto crece, multiplicando con sus generaciones,  sus  pensamientos y acciones cómo será Berlin en 10 años.
Al pasar un fin de semana , como visitante , pensé que sería un sueño vivir cerca de la tumba de Bertol Brecht . pasearme entre la Universidad Humboldt , tocando los pasa manos que Albert Einstein y Marie Curie tocaron, respirar el anonimato que califica a la capital. Quien a Berlín llega y espera demasiado sin abrir sus ojos , puede ser aburrido, quien por otra parte actúa en su movimiento particular  y su temperatura interna es capaz de amarla entre sus venas cotidianas y su altanera respuesta a cada pregunta.