domingo, 10 de mayo de 2015

NI MAE NI PAE

Crecí con sabor a radio, iniciando mi salida hacia la Escuela Pedagógica de Barranquilla,  los lápices de marca Farbe olían a madera y los cuadernos debía estar forrados en plástico de colores diferentes, mis zapatos Croydon debían ser usados por año, y mi merienda de recreo era hecha en casa, nunca bebí Coca cola ni bebidas gaseosas, porque en casa se hacía diariamente jugos de piña, de mango guanabana o papaya.
Radio en sintonía desde la seis de la mañana era mi diversión y escuchar la Sonora Matancera, Toña La Negra u Olga Guillot me despertaban entre los mataratones y el calor de 30 grados con Pega Egga me levantaban hasta llegar a la calle 72 con carrera 40 se abarrotaba de buses de madera el insoportable olor a gasolina, mientras los maestro se preparaban para ausentarse y manifestarse contra el gobierno y nos quedamos  jugando en el inmenso patio tropical  de una institución pública que aún recorren con sus olores mis recuerdos...

martes, 5 de mayo de 2015

SOL EN LUNA

Visualización es paz en cien metros de verde y sonidos de aviones que aterrizan entre voluminosas nubes que atrapan al sol berlinés bajo el sauce llorón, dispersando a pajaritos viajeros portadores con otros ojos, saltando de verde en verde... mientras el recolector de basura en color naranja minimiza los restos de basura seleccionada en depósitos de colores que unos olvidamos o simplemente no usamos. Perdidas se desploman así las hormigas milenarias sin reclamos de herencias sofocadas y Olaf mi amigo-compañero-amante-compromiso-marido-esposo, bebe al son de martillares entre la maleza eliminada. Estamos en Berlín repite mi cerebro, con lagos a la puerta de lagos y ríos, incongruente mezcla Internet, fotos postales de los años veinte y ahora al instante con inventos de micros segundos organizados.
La Luna es masculina en alemán y El Sol afemina su artículo, invertidos los toma mi procedencia, personificando ésta tierra prusiana con bombas escondidas, muertos atrapados del pasado y un "hacer" de hoy. Mi cerebro vuelve al plano real de dos sillas rosadas con vista alegre de sonidos en cada apartamento y habitantes escondidos, dormidos, despiertos, de vuelta a casa. Entonces el mal humor berlinés se opaca, capitula como el dos de mayo de 1945, arruinada por su arrogancia. hoy se multiplican humos de cigarillos de marihuana en contraposición con las drogas experimentadas por los nazis para dominar sus soldados y su alucinación por absolver entre inocentes enumerados.
Silencio fue la palabra que me llevó hace 19 años del aeropuerto de Hamburgo a mi nueva casa, domina aún sus silencios en plural, aprendí a digerir y no se acaba mi pasado hoy ni debo experimentar odios, quizá amando aprendí a diferenciar lo diferente sin miedos al cambio y generó mi presente...