jueves, 18 de diciembre de 2014

EL HOMBRE QUE NO PARIÒ

Cada Diciembre era època de uniones particulares en una casa de vecindad en donde todos se saludaban , pero no se conocìan. Caracas era la surcursal de un pequeño infierno sin programas claros, todos eramos inmigrantes o emigrantes, unos llegaron del Estado Tàchira, limìtrofe con  Colombia, otros llegaron de El Cibao, Rèpublica Dominicana, otros del Puerto de Guayaquil, yo de Barranquilla.
La mayorìa se iban de vacaciones obligados por el cumplimiento del deber familiar, yo simplemente no tenìa ningùna obligaciòn. Entonces se concretaban las fantasìas de homosexuales , machos y casados que veìan con despidos estudiados las partidas de sus familias. Las camas silenciosas y poco maltratadaa por falta de consumo sexual, se convertìan en relajo colectivo. Yo como habitante del Penht House, una especie de rancho-favela con Buena-Vista hacia la Quebrada del Hospital Vargas, en donde los malandrines simplemente me saludaban con pistola al cinto , sin ningùn asalto incluìdo, eramos hermanos sin sangre.
Desesperados por la llegada de esos dìas, programabamos en cada cuarto-pieza, la bebida irreverente de un Cacique o un Pamapero, luego venìan Las Polares  que nos dejaba ver tal cual eramos: Perros hambrientos por la cerradura que dejaba ver la inmensidad del Estado Tàchira y su inmensidad sexual  mientras su cuñado avergonzado se desprendìa de sus jeanes desteñidos. El saperoco, zarao o bacanales se extendìa entre risas nerviosas por aquello de: "Que diràn de mi, si me vieran aquì?" . Saliamos del encuentro como quien deja un psicòlogo sexual , pero con horas de verdaderas pràcticas sexuales en todas las posiciones que nos inventabamos de acuerdo a la fkexibilidad varonil de cada cual. Al dìa siguiente me poblaban màs ganas de repetir tan inolvidables momentos. Se repitieron hasta que nos pidieron deasalojar la casa nùmero 20 de La Quebradita, mientras abajo se desprendìas desecuentros entre ladrones y vecinos, yo en cambio tenìa refugio sexual con TODA VENEZUELA, MEDIA REPÙBLICA DOMINICANA, COLOMBIA Y EL ECUADOR.
Cada Diciembre se prenden a mi cerebro sexualizado por la hermadad americana, trozos vividos que alegraron mis soledades de inmigrante colombiano en la Surcursal del Cielo: Caracas

No hay comentarios: