La vida tiene diferentes perspectivas ,unas veces incompatibles para los intolorantes, otras divertidas para los humoristas, otras son resultado del poco trabajo personal que cada uno de nosotros hacemos ,cargados de prejuicios infinitos e inerdes,pero simpre hay puertas en ésta ciudad llamada Berlín que no agota sus fronteras de permisología propia, encodo informal y aveces cargado de lo más intimamente real.La mirada de la frescura cuarentona ,tiene en jaque a la generación de retardatarios sublimes que deambulan, ven,pero no observan,que se ahogan porque no respiran, que comen sin beber,que se encierran en su propia mirada ,siendo tuertos irracionables al tratarse de sí mismos.
Berlín en verano es un ramillete de sorpresas que delician, chocan, agreden, sonrien y al final sorprende, miles en uno y uno en nada.Cómo saber dónde me encuentro ,cuando el encuentro no tiene ni comienzo ni final?
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