

La luz del otoño en Berlín es
particularmente un espectáculo que desde que llegué aquí me ha gustado, es
una película en vivo,
remarcardo por los
constrastes de
colores intensos que la naturaleza nos regala cada año en Europa
del Norte.
Para muchos alemanes es
el aviso de
una étapa de
cambios en casa, de
vestimenta que muchas veces se diluyen entre las
hojas que caen y
develan un sonido particular al ser pisoteadas por bicicletas que apresuradamente se desplazan de
una lado a
otro,
por parejas de
visitantes que se iluminan ante el espectáculo dado en cada esquina ,
parque o
en cada patio de las
edificaciones berlinesas que hace su presentación única.
La luz en ésta época desaparece alrededor de las
seis de
la tarde y
muchas veces se dejan ver las
estrellas que el firmamento deja puestas a
la vista humana desde cualquier parte del planeta que se mire.
Los transeúntes disfrutan un otoño comiendo calabaza , hongos que esconde cada ricón verde en Berlín o sus alrededores o para los carnívolos llega la época del "Puerco Silvestre"(wildschwein)y los tées son bebedida que refuerza el camino hacia el invierno.
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