èste año sorprende ver el lento decaimiento forzado en una ciuadad que nunca duerme y en la que se puede respirar junto a plantas , solo saliendo de casa.
La celebración de la unificación alemana ha djeado preguntas políticas en el ambiente, la integración musulmana en una país en donde la religión es una actto personal e individual, alejado de colectivos obligatorios y sectarios ,aunque pertenecer a una religión significa en Alemania, pagar impuestos.Los turistas abandonan la urbe y se desplazan hacia sus lugares de procedencia, dejando espacio a la próxima masa de gente que está por llegar, como "la fotosíntesis", un proceso repetible y circualr , a veces.
Berlín dejó su cara atrevida y se prepara para el invierno imprudente!
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