En las noches de Berlín nunca sobra el grito inesperado de lo inconforme, de lo irreal , de lo satisfacctorio e inverosimil, pero tambíen de la realidad cotidiana de pagar las cuentas ,cuando las cifras negativas en la cuenta de ahorros desarrolla su ascensión programada por las nuevas adquisisiones alimentarias y necesarias en la vida de cualquier humano de hoy.
Vivir en berlín en Berlín sin lujos de obstetación es normal, ya que los parametros prusianos dictaron en su pasado ,lo que hoy vivmos en la capital, llena de turistas europeos que buscan en ella una forma de quedarse por un tiempo , siendo parte de éste lugar con nombre de oso y aceleramiento interno por segundos, en todos los aspectos humanos de éste mundo actual.
Quien viene a Berlín pensando que es Alemania , está equivocado, Berlín , está ubicada en su geografía como en su naturaleza ,distante de la puntualidad, austeridad mediatitiva y cercana al caos creativo en diferentes formas y expresiones, por ello, es una urbe nueva, todos los días, sin grandes cambios retoricos y con hechos reales que así lo demarcan. Berlín está en un proceso de ciudad nacional ,luego de su historia reciente en un punto de referencia humana y no de modelo de vida para nadie, ni por nadie.Ella electrocuta sus cables de nuevas impresiones , días y noches, gentes que van y vienen, buscandose en la ciudad y dejando un lugar ocupado en su amor y desamor propio, pero nunca por dinero y mucho menos pensado que ésta ciudad es Frankfurt ,cuna de la bolsa de volares europea. No. Berlín ,insisto es una ciudad para vivir en paz , sin dinero y con muchas maletas llenas de ideas, que seguramnte se pueden desarrollar con auto-finaciamiento y sin pensar que los cristales de sus lamparas son diamantes sin pulir, no. Berlín es una ciudad de inspiración, pero sin retroactivos específicos para pensar en riquezas materiales y sí existenciales.
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