lunes, 7 de noviembre de 2011

PALABRAS CARGADAS DE NADA

Escribir ,goloceando las propias salivas , enjutan los sabores de la inmeditez, los colores en las formas empinadas revuelcan sus sintásis en inéquivocos procederes de vientos pre-destinados a coservarse a  sí mismos y a dejar escuchar entre voces el exátasis de las fibras masculinas que en aprietos consabidos y fuertes dosis de testosterona apaciguan el hilo final de semenes ecolgicamente madurados y biológicamente expuestos a lo que a fuerza de ruidos apetecibles aglomeran entre desnudos plenos y bolsas plásticas  con números la llegada de un cuerpo hirviente, preparado para las mejores horas de sexo en grupo y con desconocidos que emiten gemidos, o besan con masculinidad al semejante que cierra y abre ojos como fotos instántaneas y con posiciones no repetibles al  únisono del grito grupal.
Berlín, Berlín,ocaso de un verano al que todos quieren y odian, ofreciendo en cada esquina hojas rojizas, amarillas y carmesí que se exponen como una escena teatral ,incluyendo actores no preparados para la acción. La urbe nunca duerme y a cualquier hora un pasante disfruta de un aire húmedo y un suelo mojado por el vapor encino de las temperaturas que se resisten a tener como pariente al sol supremo y melodizan con la luna los pasos de miles de zapatos que se acomodan a  la realidad paralela de cumbres inexistentes, de mares lejanos , de historias que cada uno porta al cruzar un parque y detenerse en la botella ajena y los suspiros de cigariilos, tabacos o marihuana de producción casera y los lugares que reciben sin protocolo alguno a visitantes asombrados por la descomplicada manera de divertirse en ....Berlín.

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