La vida nos entrega en lo cotidiano más de lo que esperamos, deseamos o simplemente imaginamos, el juego para ganar todos los días contra todo lo que cerca la felicidad momentánea de éste planeta. Cada uno eriza sus gajos de amor, de cucharadas irreverentes de "ser" sin infiltrarse en el uniforme colectivo-individual , como una moda al vestir , al comer o beber, pero poco aprovechado en el sexo, palabra que nos transporta a la satisfacción que nos prohibe todos o casi todos los monstruos que hemos edificado con nuestras manos , la perfecta reproducción del convenio colectivo que firmamos con el medio en el cual habitamos, acarrándonos al momento , quizá amenizado por una eyaculación precoz o mal estimulada.
Los ídolos no existen y para mí los que intentan venderse a mis ojos como tal ,pueden enredarme por momentos , pero después se posan mis criterios auto críticos y "desplazo" tal maquillaje , quizá por que nunca he tenido ídolos que llenen más la vida que lo que por momentos me agrade, exactamente, agradar y no empapelarme entre fotos , comentarios, personas que nunca he conocido ni conoceré ,sólo con la sensación de estar próximo al colectivo establecido que me empuja a la cima más boscosa, me pregunto entonces, si vale la pena verlo todo a través de focos multicolores que en realidad sólo tienen dos tonalidades que cada uno dibuja , colorea o empaliza consigo mismo.
Cuando era adolescente me reía como hoy de mismo, de la condición mía al caminar o comer y más aún me veía como hoy en un espejo más real, sin maquillajes que embellezca lo que no tiene principio y reflejo objetivo. Reírme de mi liberó mis frustracciones, mis miedos , mis auto -terrorizados actos que construímos por necedad hacia los más queridos, siendo una planta menos amada que un cuerpo humano que miente, reproduce gastos ecológicos y además defeca como animal.
pero para qué tanto bla bla cuando lo que quería era mostrarme ajeno a a tener ídolos , ya que son tan peligrosos como un arma peligrosa con la cual se dueme , en fantasías o simplemente en deseos. Todos mienten y sólo nos venden sus "trabajos artísticos" de consumo popular, sin ambiciones ni críticas aceptadas, en un mundo donde las fronteras ya no tienen más validez que un bolsillo llenos , aunque después como todo ser humano las deje de lado por buscar lo ma´s simple de la vida y que cada minuto toca la puerta indiferente de lo que somos.
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