ausente presencia perturbada por el aire que suaviza el agotameinto sublime de néctares plácidos,una veces confortables, otra son miradas ausente de luces matutinas , el reflejo humano y su continuidad humana que siembra adornos .dejando colirios en la pupila de cualquier fruto nacido en la interperie solitaria de sus días anteriores y posteriores.
Sembrar sedientos de sol el camino por empezar, el ruído persistente de la canción nueva, de el sembradío sólo, de la resequdad elefantistica de nuestra piel, de nuestros miedos , enterrados en la tierra más profunda de cada ser...
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