Empieza la fiesta más esperada en el mes de Febrero en Berlín: La Berlinale. A diferencia de otros festivales de cine , dice la política del festival que: "El público es protagonista del encuentro filmográfico" ,pero lamentablemente quien no tiene una acreditación o no compra las entradas para las diferentes películas o eventos , no participa del festival. No existe entonces una participación generalizada sino que depende de los costos individuales que cada uno tenga. Exposiciones , encuentros con los creativos y una democratización de la participación colectiva no es parte del interés de los organizadores que sin embargo utilizan en sus comerciales "el público es el mayor participarte de la Berlinale".
El mundo actual está envuelto entre series de vampiros y la nueva posibilidad de contar la realidad deambulante en otro nivel de narración, más atractivos para los publicos de cualquier parte del mundo. En Alemania la producción de cine nacional no solo ha mejorado sus contenidos sino que ha depuesto un nuevo punto de encuentro con la caraterística forma de trabajar en Alemania con calidad y ha colado en el tapete la historia reciente de una país demarcado por su simpatía nazi y su libertad democrática, algo que paradojicamente no se encuentran, pero se ha dejado ver una cara poco conocida del cine alemán que en menos de 20 años ha inspirado fuentes creativas y ha puesto a la vista mundial su interés por realizar co-producciones respetando su participación .
Parece que éste año las temáticas del festival se han centrado en temas que llevarían a cualquier depresivo a suicidarse. Quizá es la respuesta de los creativos y su termómetro social en el mundo actual y sus reflexiones pueden ser sólo eso "situaciones ". El mundo actual tine multiples facetas , ya que no todo gira alrededor de Europa ni los Estados Unidos. En un mundo en el que Brasil tiene voz y voto en sus decisones económicas y China es el gran referente mundial de bienes de consumo, es la producción del cine mundial mucho más diversa que temas depresivos y que tienen sus sellos personajes emanados por sus culturas y procedencias. Es decir éste año la Berlinale opaca la multiple manera de observar o vivir a través del lente del cine , de sus propuestas no tan globales como se venden y más regionales de lo que se piensa.
Los premios no catalogan para nada la calidad del cine actual, pero movilizan el mercado finaciero que a la larga mueve su producción inicial. De ello se necesita más que temas nuevas estructuras que permitan "sobrevivir soñando y haciendo realidades muchos sueños",pero las decisisones de cambios son tan complejas que varian de acuerdo a los íntereses dados.
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